Los servicios
ambientales constituyen funciones ecosistémicas que generan
beneficios a la sociedad, y en especial a las actividades productivas. Tienen la
particularidad de que no se consumen, no se gastan y no se transforman en el
proceso de aprovechamiento. Los servicios ambientales se diferencian de las
funciones ecosistémicas en tanto que estas forman parte inherente de los procesos
e interacciones ecosistémicas, independientemente de la valoración social que
puede hacerse de ellas. Los servicios ambientales, en cambio, son considerados
como prestaciones que brindan los componentes o los procesos de los ecosistemas
a la sociedad, en tanto esta los valora. Por ejemplo, las áreas silvestres y
las cuencas hidrográficas generan servicios ambientales como la reducción y el
almacenamiento de carbono y otros gases con efecto invernadero, la conservación
de la biodiversidad, la protección de recursos hídricos, la belleza escénica o
la mitigación de inundaciones, derrumbes, sequías, etc.
Lía Bachmann, "Recursos naturales y servicios ambientales. Reflexiones sobre tipos de manejos", en Raquel Gurevich (comp.) Ambiente y educación. Una apuesta al futuro, Buenos Aires: Paidós, 2011, p. 77.
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