La concepción de ambiente varía entre diferentes disciplinas
científicas e inclusive entre distintas perspectivas teóricas de una misma
disciplina; pero también, en la vida cotidiana circulan múltiples acepciones de
ambiente. Suele suceder que conceptos como naturaleza, territorio, espacio,
etc., se utilizan como sinónimos de ambiente. Precisemos algunos de estos
términos:
Naturaleza: “... conjunto de
los elementos y relaciones terrestres en general, sin una limitación
territorial ni temática específica ...”
Ambiente: “... Conjunto de
elementos y relaciones biológicos y no biológicos que caracterizan una porción
de la tierra o que rodean y permiten la existencia de un elemento ...”
“Naturaleza y ambiente se refieren al mismo
conjunto o sistema, sólo que en distinto nivel de materialidad. El primero es
un término teórico y abstracto, el segundo es concreto y específico. La primera
definición es sólo conceptual, mientras que la segunda obedece a un recorte
territorial”
Reboratti, Carlos (1999), Ambiente
y sociedad: conceptos y relaciones, Buenos Aires: Ariel, p. 17.
La materia Ambiente, Desarrollo y Sociedad se posiciona
dentro de un enfoque que considera al ambiente como una construcción social
desarrollada en el marco de un proceso histórico de valoración de las bases
naturales de un determinado lugar. Al decir de Caride y Meira (2001), “El
ambiente es percibido como un constructo social mediado por filtros culturales
y representaciones simbólicas que están ideológica y políticamente
condicionadas y que, en algunas de sus formas, ejercen un papel decisivo en los
modos de interpretar la vida cotidiana o de desarrollar conocimiento
científico.” Esta definición está lejos de concebir el ambiente sólo desde sus
elementos naturales, sin dejar de considerarlos, reconoce las dimensiones
sociales, políticas, económicas y culturales como dimensiones constituyentes de
los ambientes.
De ahí que coincidamos con Sunkel al plantear que “... [el
medio ambiente es] el ámbito biofísico natural y sus sucesivas transformaciones
artificiales así como su despliegue espacial (...) La sociedad humana, por lo
tanto, conforma su medio ambiente, pero al mismo tiempo su supervivencia y
desarrollo exigen la explotación del medio ambiente. Se encuentra así en una
posición de juez y parte con respecto a la naturaleza, ya que la explotación
del medio ambiente interfiere con los ciclos ecológicos mencionados
anteriormente.”
Sunkel, Osvaldo (1980), “Introducción. La interacción entre
los estilos de desarrollo y el medio ambiente la América Latina”, en Estilos de
desarrollo y medio ambiente en la América latina, México: FCE.
El otro concepto central es problemática ambiental y se lo
define como una controversia y una confrontación de intereses, donde muchas
veces se trata de intereses de grupos económicos, empresas o incluso de algún
nivel de gobierno versus, derechos de personas o comunidades específicas de
damnificados. Estas confrontaciones surgen y se desarrollan a partir del
predominio de una lógica productiva y una forma de apropiación desigual de los
bienes naturales que incluyen siempre relaciones asimétricas de poder (Breiting,
1997; DCyE CABA, 2009; Cuello Gijón, 2003).
Las modificaciones
ambientales, que se vinculan con
aspectos sociales y económicos como la complejización
progresiva de las estructuras sociales y de las actividades productivas, el desarrollo
tecnológico, el crecimiento demográfico y las pautas de consumo, generaron a lo
largo de la historia numerosos problemas ambientales de creciente intensidad y
aceleración, a escala local, regional y mundial.
Nos referimos a estos
problemas como conflictos sociales, en los cuales están involucradas dimensiones sociales,
culturales, económicas, políticas, tecnológicas, vinculadas, de una u otra
forma y con diferentes combinaciones entre sí, con la dimensión natural. Esto
es lo que le otorga especificidad frente a otro tipo de problemáticas sociales.
Bachman, Lía (2011),
“Recursos naturales y servicios ambientales”, en R. Gurevich (comp.) Ambiente y
educación, Buenos Aires: Paidós, p. 80.